viernes, 15 de julio de 2016

Neurociencias en nuestros hijos: hechos fascinantes!!

Leyendo este famoso libro sobre neurociencias en relación a los primeros años de vida de los niños he aprendido algunas cosas que son absolutamente fascinantes y que me hacen mucho sentido ahora que llevo un año y casi 4 meses observando como mi hijo descubre su universo y creo que sería interesante compartirlo con ustedes.

Cuando escuchaba eso de que le pusiera música al bebé estando en la panza y el "efecto mozart" y todo eso siempre mi intuición me decía que tenía que tener mucho cuidado con el tipo de sonidos al que quería exponer a mi hijo. Si bien la estimulación es buena, debe ser equilibrada, no estridente de manera tal que produzca un efecto positivo en el bebé. Los bebés pueden escuchar a partir de la semana 20 -24, y si bien ellos están protegidos y aislados en el vientre materno, esa protección disminuye en las últimas semanas de gestación. Los sonidos no deberían sobrepasar los 100 decibeles ya que si existe una sobreestimulación esto provoca estrés en el bebé, con respuestas como movimientos del feto y taquicardia, y la inevitable producción de adrenalina, cuyo aumento en el sistema nervioso del bebé en forma innecesaria no es conveniente. A mi parecer esas cosas del efecto mozart y ponerme audífonos en la guata, más que estimular la inteligencia,  pueden alterar el ritmo natural del bebe, sus ciclos de vigilia y sueño (que tenemos clarito que no son iguales al nuestro) y que la mejor estimulación para nuestro hijo en la vida intrauterina es pasar un embarazo feliz, relajada, escuchando la voz armoniosa de papá y de mamá, cantar canciones con nuestras propias voces y dejar que nuestro bebé escuche los sonidos del interior de nuestro cuerpo, en la quietud de su mundo perfecto.
Los niños nacen con una capacidad de absorber y percibir cosas que es realmente envidiable, yo miro a mi hijo y siempre me lamento, porque todos alguna vez tuvimos esa capacidad de percepción más allá de lo vidente ( a lo munrra jajajaja) y esa capacidad de asombro con cada detalle, movimiento, color, etc. 
Las experiencias sensoriales deben ser armoniosas de tal manera que se produzca un equilibrio entre la producción de dopamina (vitalidad e interés por aprender) y serotonina que produce quietud.
Lo interesante y que no tenía idea sobre los bebés es que poseen una mente sinestésica, lo que significa que ellos tienen una superposición sensorial, o sea que pueden oler una melodía, saborear colores, escuchar sabores, etc. Y eso es natural en ellos. De ahí la importancia de dosificar los estímulos para no agitar y producir mucho caos en la percepción. Luego durante el sueño, todas estas experiencias sensoriales se van ordenando para luego seguir aprendiendo.
Por otra parte el cobijo, las caricias y el amor de la madre y la familia van construyendo un modelo interno de seguridad. Este modelo es la base de la integración sensorial o sea le permite tomar, organizar e interpretar la información que se recibe del cuerpo y del mundo.
El desarrollo del movimiento libre a partir del sexto mes, la atracción que sienten los bebes por los sonidos que emitimos a través de los cuentos y canciones, estimulan de manera maravillosa el desarrollo de su sistema nervioso.
Para estimular la formación de neuronas y su conectividad debemos otorgar una alimentación adecuada, permitir la libertad de movimiento (siempre con supervisión) y entregar los estímulos adecuados a través del juego y la actividad física.
Una cosa muy interesante que aprendí, es que una cosa es que el niño no sepa hablar y otra cosa es que no entienda. Todos hemos visto el caso del niño que "no habla, todo lo indica y le pasan las cosas en la mano sin que diga una palabra y por eso todavía no aprende a hablar". Bueno descubrí que los niños cuando les hablamos desde edades tempranas, ya van guardando las palabras y saben que la mesa es mesa y el perro es el perro, sólo que aún no lo pueden pronunciar. Por eso es muy importante hablarles a los niños y desde muy pequeños nombrarles las cosas, esto se llama "significar las cosas", nombrarlas, repetirlas y obviamente con la palabra que corresponde y bien pronunciada, nada de ahí va el "pio pio" o el "guau guau". el niño sabe perfectamente de que le estamos hablando!! el bebé guardará en su cerebro todas estas palabras y cuando este listo para hablar será mucho más fácil!!
Cerca del año se desarrolla la habilidad de la abstracción, es decir que ya no necesita tener una piedra en frente para poder nombrarla, sino que puede nombrarla en su mente y aparece la imagen de la piedra en su cabeza, ademas puede clasificar más cosas y reconocer por ejemplo, varios tipos de piedras o varios tipos de perro, impresionante!

He aquí la importancia de acercarnos a nuestros hijos desde otra perspectiva, aprender estas cosas me ayuda mucho a tener más paciencia, ponerme en el lugar de mi hijo y entender los procesos por los cuales esta pasando, darle mayor libertad (vigilada obvio), acompañarlo de cerca, participar y celebrar cada pequeño descubrimiento que hace. La verdad leer sobre neurociencias me ha abierto otro poco más los ojos hacia el maravilloso mundo de los niños, los vemos tan vulnerables, pero no tenemos idea del potencial que cada niño tiene sin excepción. Pero lamentablemente el desarrollo de ese potencial en su plenitud depende de la redes de apoyo y de factores sociales , culturales y económicos de van marcando el destino de nuestros hijos. pero con la información correcta, con paciencia y por sobre todo mucho amor, nuestros hijos pueden despertar al mundo con una energía, que supera cualquier expectativa.

Espero esto los entusiasme a seguir aprendiendo, buscando, y porqué no, aprovechar nosotros mismos de volver a ser niños y recuperar un poco la necesidad de apego, de piel, de fantasía, de imaginación, de juego, risas y besos... nos haría bien a todos !!

Fuente: Una vez más "Esos locos bajitos", me tienes loca Amanda Céspedes!!! seca!!
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